Si hay algo claro en Venezuela al día de hoy tras las elecciones efectuadas el pasado domingo 14 de febrero es que el sueño de una revolución bolivariana está cada vez más distante. La muerte de Hugo Chávez Frías lejos de fortalcer su ilílico de una América socialista lo debilitó y dejó desnudas muchas de sus carencias en torno a un desarrollo social y económico sostenible no solamente de la Repúlica Bolivariana de Venezuela sino del resto de los países de la región que adoptaron las ideas chavistas. La caída estrepitosa que sufrió Nicolás Maduro en menos de un mes de campaña política es fiel reflejo del fenómeno que se observará paulatinamente en el país venezolano, así como en el resto de países sudamericanos que extrañarán los recursos que Chávez les suministraba.
Polarización en Venezuela |
Es claro
que con un país tan polarizado, a pesar de que Maduro continúe en el poder le
será imposible continuar manteniendo un régimen cubano que vive del petróleo
venezolano, y un bloque de países del cono sur que se acostumbraron a sacar provecho
de una época de bonanza del petróleo. Los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) no se han
dado a la tarea de buscar alternativas de desarrollo económico que le den
sustento a sus pueblos a lo largo del tiempo, y la pronta partida de Chávez les
pasará factura.
El pueblo venezolano ha encontrado en Henrique Capriles Radonski
una figura que permite unificar la oposición, es precisamente por este hecho
que los abusos del poder no le serán tan fáciles a Nicolás Maduro. A todas
luces es visible como los resultados, aún no acepetados por Capriles, tienen en
la mesa a un Maduro que ganó perdiendo y a un Capriles que perdió ganando.
Lic. José Pablo Valverde Coto MBA
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