martes, 30 de abril de 2013

Las contradicciones del socialismo venezolano



Es muy lamentable el acto de violencia que se suscitó el día 30 de abril en el parlamento venezolano en contra de los diputados de la oposición. Los signos de intolerancia y violencia ya habían sido marcados cuando el presidente del parlamento Diosdado Cabello prohibió la palabra a todo aquel diputado que no aceptara los resultados de las recientes votaciones en territorio sudamericano. Resulta muy peligroso el rumbo que está tomando el país venezolano, en donde el gobierno con tintes de totalitarismo recurre a la violencia en el seno parlamentario, tesoro y templo inquebrantable de toda democracia, violentando así el derecho de todo ciudadano a expresar su pensamiento.

Las acciones no solamente se circunscriben a coartar el derecho de expresión de los diputados, sino
que el poder oficialista, pero cada vez menos legítimo, continúa con sus manifestaciones de totalitarismo al tomar posesión esta misma semana de uno de los últimos medios de comunicación independientes (Globovisión). Lo hará de una forma  sutil, muestra clara de los síntomas que se le diagnostican a cualquier régimen totalitario. ¿Es que acaso la comunidad internacional no es capaz de observar estos síntomas? ¿Son los países latinoamericanos cómplices al hacerse de la vista gorda? ¿Es posible que los países sudamericanos estén de acuerdo con un proyecto socialista basado en la violencia y el miedo? Las respuestas a estas preguntas quizás no sean agradables e incluso pudieran formularse más en donde actores como el secretario general de la OEA José Miguel Insulza tal vez se esté quedando corto en su accionar, pero, ¿A qué se debe que el discurso de Nicolás Maduro presente tantas contradicciones? ¿Cómo puede un modelo socialista de ésta índole tomar como estandarte a la figura de Simón Bolívar y aun así fomentar la violación de derechos fundamentales?

Es interesante analizar al albor de los actos de violencia que se han dado, frases del héroe que Hugo Chávez tomó como estandarte para su revolución socialista y sacar conclusiones. “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”. ¿No es acaso esta la Venezuela que fue moldeando a su antojo Chávez y que ahora hereda Nicolás Maduro? El país venezolano se ha convertido en lo que Simón Bolívar alguna vez repudió. Es aún más irónico que el movimiento chavista utilice la figura de Bolívar cuando él mismo aseveró: “Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir, y al fin no existiría”. Es precisamente este último pensamiento el que se está demostrando y haciendo realidad en el convulso momento político que vive Venezuela. El Estado socialista de Chávez no consigue sostenerse bajo la figura de un líder que falleció y dejó a un país con la economía en un estado crítico, deudas exuberantes, y la ilusoria idea de una revolución socialista financiada con el petróleo. El proyecto socialista de la región murió con Chávez, de ahí que los mandatarios de los países sudamericanos que aplaudían su gestión y la misma Cuba se encuentren con nerviosísimo por el posible cierre de la tubería que transporta los dineros provenientes de Venezuela; y su única manifestación sea reconocer y apoyar el gobierno de Maduro a pesar de que el mismo Consejo Nacional Electoral incumpliera con la petición de una auditoría y dejara entrever las irregularidades en el proceso al dar en primera instancia un visto bueno a la revisión y luego retractarse ante la misma. Lo que ocurre en Venezuela es reflejo del deseo de la región por abandonar ideas retrogradas que obstaculizan el desarrollo.

La inconformidad no solamente se da en Venezuela. En Argentina los índices de inflación y el mercado negro del dólar han llevado a las personas a manifestarse repetidas veces ante una Cristina Fernández de Kirchner que no tiene como responder. En Ecuador la falta de estabilidad normativa y reglas claras cada vez ahuyenta más la inversión privada que ha venido disminuyendo y para el primer semestre de 2012, según el Banco Central del Ecuador, fue de 315 millones de dólares; una cifra magra si se la compara con la que hubo en los países vecinos en el mismo período: Colombia (7798 millones de dólares) y Perú (5440 millones de dólares).  

El panorama es claro, y en Venezuela el cambio ya se está generando. Será de vital importancia que la comunidad internacional no se tome a la ligera los hechos que se están dando en el país sudamericano y no sean tan permisivos como los demás países pertenecientes al ALBA, quienes claramente tienen intereses de por medio con respecto a la aceptación de Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.  


miércoles, 24 de abril de 2013

Los fantasmas del caudillismo

La semana pasada el analista político nicaragüense y profesor del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) hizo un  señalamiento muy interesante acerca del deterioramiento que ha sufrido la democracia en Centroamérica. Este erosionamiento reviste un enorme peligro ya que provoca que se asome la sombra del caudillismo sobre toda la región.
Decisiones desafortunadas como las que ha tomado el gobierno de la mandataria Laura Chinchilla, escándalos de corrupción como el de la Trocha 1856 y la más reciente situación suscitada con la concesión de la ruta San José-San Ramón, exaltan los ánimos de la población y dejan entrever una peligrosa idea: ¿Será un caudillo nuestra única salvación? No comparto esta hipótesis y creo firmemente que la democracia es la mejor forma de gobierno que la humanidad ha empleado hasta la fecha, con todas sus falencias y vicisitudes; sin embargo no sería correcto recriminarle al pueblo su cuestionamiento ya que en la práctica la gestión gubernamental ha tenido un desempeño paupérrimo.
Cada vez es más frecuente escuchar en las calles costarricenses la necesidad de que aparezca una persona que ponga orden y no vacile a la hora de tomar decisiones fundamentales para el desarrollo económico y social de nuestro país. Aunque esta idea puede ser una especie de grito al cielo o llamado desesperado en busca de soluciones, se debe de tener una mente fría y no caer en situaciones donde la supuesta cura es peor que la enfermedad. Las pasiones deben ser dejadas de lado a la hora de analizar un tema de tanta preponderancia para el bienestar no solamente nacional sino de toda la región. Basta con recordar el caso cubano, chileno y venezolano de la última mitad de siglo XX e inicios del siglo XXI para saber que se debe tener cautela y mucha prudencia a la hora de hablar de formas gubernamentales.    
Cruz señala en su ensayo titulado "Estado de la institucionalidad democrática de la región centroamericana que "la democracia representativa es la que puede estar en problemas, porque cuando los partidos son incapaces de mediar, con un mínimo de efectividad y justicia, la democracia empieza a perder legitimidad como instrumento de repartir aquello que es escaso". Se hace imperativo prestar mucha atención a signos que ya se están evidenciando en nuestro país. Las manifestaciones  constantes, muestra clara de la insatisfacción popular, pueden dar paso a un círculo vicioso en donde la misma ingobernabilidad haya sido causada por la falta de capacidades de nuestros gobiernos. Se debe de hacer una pausa en el camino, girar el timón y fomentar una mayor participación ciudadana, pilar fundamental de la democracia, con el fin de encontrar puntos de convergencia y enrumbar la embarcación hacia puerto seguro; de lo contrario nuestra democracia terminará inevitablemente siendo un naufragio más en el turbulento océano de la política.
Lic. José Pablo Valverde Coto MBA

 

lunes, 22 de abril de 2013

La Suiza Centroamericana


En muchas ocasiones los costarricenses nos jactamos de aquel idílico pensamiento en donde nos autoproclamamos "La Suiza Centroamericana", sin embargo resulta peligrosa esa miopía a la hora de ver qué ocurre a nuestro alrededor. Solemos tener una concepción equívoca sobre el resto de países de la región, y quizás ese sentimiento de superioridad muchas veces fundado en nuestras propias creencias puede ser el detonante que nos deje rezagados competitivamente.
Recientemente Managua, la capital de Nicaragua, fue ubicada en la tercera posición en la categoría de Estrategia de Inversión Extranjera Directa (IED) del ranking Ciudades del Futuro de Las Américas 2013/14, publicado por fDi Intelligence. La capital nicaragüense fue superada únicamente por las ciudades canadienses de Montreal y Toronto.
Se hace imperativo conocer lo que está haciendo nuestro vecino para alcanzar dicha distinción.

Managua, Nicaragua
Entre sus estrategias figura la creación de una comisión especial de los sectores público y privado que trabaja en estrecha colaboración con el Banco Mundial en desarrollar iniciativas y políticas para mejorar el clima de negocios del país y fomentar la atracción de inversiones. Es decir, mientras Nicaragua fortalece su relación con el Banco Mundial, Costa Rica continúa con su historial de préstamos otorgados por instituciones internacionales que se pierden por la falta de capacidad de nuestro Estado para hacerlos efectivos en obras.
Entre los elementos que destacan sobre Managua se menciona una infraestructura moderna, parques industriales cerca del aeropuerto internacional  (considerado entre los más seguros de Latinoamérica), una red de telecomunicaciones de nivel mundial y uno de los más altos niveles de seguridad en la región. Cualquiera pensaría que en Costa Rica tenemos todos estos factores y más, pero, ¿Es eso cierto? Hace escasas semanas  hemos dado muestra al mundo, por medio de la polémica alrededor de la concesión de la vía Sabana-San Ramón, dos puntos sensibles en el tema de inversión extranjera directa. Primero, no poseemos una carretera de primer nivel que conecte el aeropuerto Juan Santamaría con los centros más importantes del país. Segundo, nuestro gobierno firmó prácticamente a escondidas un contrato con una empresa internacional (OAS) en condiciones que a todas luces van en detrimento de la población, y ahora se busca bajo cualquier forma rescindir el contrato. Si el contrato sigue en pie los costarricenses tendrán que pagar peajes excesivos gracias a una concesión mal negociada, y si el contrato se rescinde la imagen del país habrá quedado deteriorada internacionalmente, después de todo qué empresa estará dispuesta a invertir en un país en donde no se respetan los contratos. El daño ya está hecho.

Es importante que nos quitemos la venda de los ojos y observemos lo que están haciendo nuestros vecinos. Nicaragua ha sido altamente calificada en muchas publicaciones extranjeras de renombre, como el Economist Intelligence Unit y el Latin Business Chronicle, por sus altos niveles de seguridad personal y su nivel de globalización. Las misiones extranjeras señalan las extraordinarias oportunidades de inversión, debido a la estabilidad económica, el marco legal sólido, la disponibilidad de una fuerza laboral adecuada y un gobierno a favor de la inversión. Ya basta de seguir durmiendo en los laureles y creer que por el simple hecho de ser costarricenses somos mejores. Hace falta que marquemos nuestro rumbo y sigamos estrategias a largo plazo que nos permitan salir del subdesarrollo. Es necesario que nuestros gobernantes dejen de pensar en intereses propios y busquen el bienestar de la patria. Es hora de deshacernos de mitos e idílicos, y aceptar que la realidad en que vivimos la construimos todos juntos día a día. Solamente con participación y conciencia ciudadana, a la que Robert Dahl llama en su teoría sobre las poliarquías el poder de los “no líderes”, podremos tener una Costa Rica competitiva e inmersa en la economía mundial; de lo contrario nos quedaremos irreparablemente viviendo por siempre en “La Suiza Centroamericana”.  
 
Lic. José Pablo Valverde Coto MBA

jueves, 18 de abril de 2013

¿Ganar perdiendo o perder ganando?


Si hay algo claro en Venezuela al día de hoy tras las elecciones efectuadas el pasado domingo 14 de febrero es que el sueño de una revolución bolivariana está cada vez más distante. La muerte de Hugo Chávez Frías lejos de fortalcer su ilílico de una América socialista lo debilitó y dejó desnudas muchas de sus carencias en torno a un desarrollo social y económico sostenible no solamente de la Repúlica Bolivariana de Venezuela sino del resto de los países de la región que adoptaron las ideas chavistas. La caída estrepitosa que sufrió Nicolás Maduro en menos de un mes de campaña política es fiel reflejo del fenómeno que se observará paulatinamente en el país venezolano, así como en el resto de países sudamericanos que extrañarán los recursos que Chávez les suministraba. 
Polarización en Venezuela
Es claro que con un país tan polarizado, a pesar de que Maduro continúe en el poder le será imposible continuar manteniendo un régimen cubano que vive del petróleo venezolano, y un bloque de países del cono sur que se acostumbraron a sacar provecho de una época de bonanza del petróleo. Los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) no se han dado a la tarea de buscar alternativas de desarrollo económico que le den sustento a sus pueblos a lo largo del tiempo, y la pronta partida de Chávez les pasará factura.
 
El pueblo venezolano ha encontrado en Henrique Capriles Radonski una figura que permite unificar la oposición, es precisamente por este hecho que los abusos del poder no le serán tan fáciles a Nicolás Maduro. A todas luces es visible como los resultados, aún no acepetados por Capriles, tienen en la mesa a un Maduro que ganó perdiendo y a un Capriles que perdió ganando.
 
Lic. José Pablo Valverde Coto MBA
 

Grandes retos de la planificación costarricense


Es un hecho que la infraestructura de Costa Rica está rezagada al menos cuarenta años, y en países aledaños como Panamá este elemento está atrayendo cada vez más inversión. Pero, ¿Cuál ha sido el pecado de nuestro país? Sin necesidad de hacer demasiado análisis es fácil llegar a la conclusión: la falta de planificación nos ha llegado a arrinconar y dejarnos en una posición poco ventajosa con respecto al panorama mundial.
Las medidas cortoplacistas, y la llamada “administración por ocurrencia” nos dejan una factura cada vez más costosa y que con el pasar de cada gobierno se vuelve más alta; es casi otra forma de deuda más que agobia a nuestra querida Costa Rica. Para afrontar esta situación que nos tiene con el agua hasta el cuello es necesario hacer un alto en el camino y dejar de gobernar con la cabeza hacia abajo sin un rumbo determinado en la materia de infraestructura y desarrollo. Hace falta levantar la cabeza y decidir cuál es el norte que el país necesita.
 
Un claro ejemplo de esto es el potencial desarrollo que pudiera tener la parte este del Gran Área Metropolitana (GAM). Recientemente se ha generado un auge importante del comercio en el sector de Tres Ríos y Cartago. Además de ello muy pronto el Tren Interurbano debería estar llegando a la vieja metrópoli y en una apertura algo deslucida el alcalde inauguró la polémica ciclo vía, la cual representa una muy buena iniciativa que quizás careció de un poco más de planificación. Pero, ¿A qué planificación nos referimos? Una que tome todas estas iniciativas bajo su ala y se consagre en un plan de desarrollo del sector este del GAM. El hecho de tener iniciativas aisladas genera muchas veces desorden y ocasiona que los proyectos choquen entre sí, en lugar de presentar una sinergia que ayude al ciudadano a desarrollarse en todas sus facetas.
 
Tren interurbano eficiente.
Sería muy interesante desarrollar con mucha más agresividad el Parque Industrial de Cartago, generar nuevas zonas francas en el sector y apoyar las recientemente establecidas como la cercana al peaje de la autopista Florencia del Castillo. A la hora de realizar un análisis detallado es evidente que conjuntando todas las nuevas posibilidades de transporte y teniendo en cuenta que San Pedro es un importante centro universitario del país, resulta interesante pensar en que muchas empresas transnacionales podrían verse interesadas en este valioso recurso humano. Con un tren interurbano eficiente (en dónde inclusive será vital que éste trabaje de la mano con el potencial tranvía y así se abarque aún más territorio con transporte eficiente que le dé un respiro a las agobiadas carreteras nacionales), tiempos de transporte bajos, y una zona deseosa de albergar inversiones, esta alianza podría representar definitivamente un ganar/ganar para todos.
 
El simple hecho de lograr conjuntar todos estos elementos podría generar empleos, movilidad social, así cómo combatir el problema del tráfico en el casco metropolitano, y el sector de Lindora y Heredia, los cuales se han vuelto prácticamente inmanejables. ¿Por qué no pensar en un centro empresarial en el sector de Cartago con una planificación responsable en donde se ofrezca una red de transporte eficiente? Con un poco de análisis y pensamiento a la hora de buscar el desarrollo para el país, planes conjuntos e iniciativas de este tipo pueden lograrse no sólo en la provincia de Cartago sino en muchas zonas del país que desean ser incorporadas a la economía costarricense. Solamente hace falta un poco de voluntad y sobretodo una buena planificación y administración, elementos que desde hace mucho tiempo no nos entregan  nuestros gobernantes.
 
Se hace obvia la necesidad de contar con planes  formulados conjuntamente por Municipalidades, Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN), etc. Es imposible alcanzar el progreso cuando muchas instituciones cuentan con planes estratégicos que no van de la mano con el Plan Nacional de Transportes (PNT). La falta de prioridades y el hecho de que cada 4 años los planes de gobierno no continúen una política estatal que se mantenga a lo largo del tiempo ocasionan que en Costa Rica no se ejecuten iniciativas a mediano y largo plazo.
 
La mentalidad cortoplacista de nuestros gobernantes ha hecho mella en la mentalidad del costarricense quien se ha acostumbrado a vivir sin ver más allá de lo que pudiera ocurrir en un lapso de 5 años cuando mucho. Lastimosamente el costarricense se ha vuelto amigo del statu quo. Se ha generado un conformismo en el pueblo producto de la misma inoperancia de los gobernantes. La inanición de la esperanza fijada en un mejor futuro es palpable en el costarricense quien a diario se enfrasca en embotellamientos, carreteras en estados paupérrimos, sufre de un transporte público deficiente, ve como  aeropuertos  han sido golpeados por escándalos concesionarios, y convive a diario con puertos marítimos que no dan abasto con la demanda y se ven amenazados con caer en obsolescencia ante un plan de expansión del Canal de Panamá formulado ya hace algunos años y que ha sido prioridad para el Gobierno panameño.
 
¿Qué es lo que ocurre en Costa Rica? ¿Hay falta de capacidad o de recursos? ¿Son acaso más eficientes las instituciones públicas de países vecinos o son acaso sus procedimientos más amigables para la adjudicación de proyectos infraestructurales? Es interesante abordar este tema ya que toca la esfera burocrática del país y el dilema que existe sobre la cantidad de controles que han sido, dicho sea de paso, una de las excusas que muchos gobernantes recientes señalan. ¿Estaremos acaso cayendo en una cantidad de controles excesivos que no permiten realizar las obras de infraestructura requeridas por el país? La premisa dicta que la cantidad excesiva de controles ocasiona que los gobernantes no puedan concluir con los proyectos estipulados en el plan de gobierno, siendo esto catastrófico ya que si se parte de lo comentado anteriormente cada Gobierno inicia de cero con nuevas prioridades y planteamientos debido a la falta de continuidad y planificación a largo plazo. Al ser así las cosas, el círculo vicioso se reinicia cada 4 años dejando como resultado una Costa Rica completamente atrasada en temas de infraestructura.
 
Toda esta situación ha ocasionado un retraso alarmante en la infraestructura de transportes, que impacta directamente la competitividad, el crecimiento y la integración social. Si a esto se suma el debilitamiento que ha sufrido el MOPT en los últimos tiempos se pueden ir sacando conclusiones o al menos identificando causas muy puntuales del rezago infraestructural que tiene Costa Rica.
Préstamo del BID por $40 millones se perdió por no utilizarlo.

Es precisamente esta combinación de factores lo que ha generado que existan obras viales planeadas hace décadas que han sufrido demoras y un aumento en sus costos. Entre la lista se pueden nombrar vías urgentes como la conexión de Zapote a Curridabat, la nueva radial a Heredia, Circunvalación Norte, con 30 años de atraso, o la conclusión de la Avenida Segunda, rezagada durante 50 años. La ampliación de la ruta a Desamparados y Aserrí, de la vía a Cartago y de la carretera Sabana-Aeropuerto-San Ramón son otro claro ejemplo. La vía San Ramón-San Carlos tiene ya 30 años de frustración y la vía Orotina y Caldera, financiada en 1987 con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por $40 millones, que se perdió por no utilizarlo finalmente se construyó e inauguró en el Gobierno de don Oscar Arias, pero de forma deficiente utilizando un diseño obsoleto.

A partir de lo descrito anteriormente se hace también necesario realizar un breve análisis del rezago en el transporte público. El sistema vigente de concesión de cientos de líneas de autobuses a empresas privadas adolece de grandes deficiencias. Esta mala calidad del servicio ha provocado que el costarricense prefiera movilizarse en su propio vehículo generando un enorme crecimiento de la flota vehicular. A este punto se le debe de sumar el enorme apoyo de entidades financieras hacia la venta de vehículos, lo cual ha proliferado la posesión de automotores y consigo el deterioro de las vías ante un descomunal crecimiento vehicular, que resulta en mayor contaminación, mayor congestionamiento, un costo gigantesco en combustibles importados, más accidentes de tránsito y pérdida de calidad de vida en las ciudades; las cuales se han convertido en las peores enemigas de los costarricenses ya que en la actualidad toda hora es hora “pico”.

Según Woodbridge, J. (2012) el Proyecto de Planificación Regional y Urbana de la Gran Área Metropolitana (Prugam) señala que a San José ingresan diariamente más de 1 millón de personas.  El 80% de las personas lo hace vía transporte público y el 20% restante en carros privados. El 70% del espacio vial lo toman los carros y los costarricenses gastan más de 1,35 horas en promedio en el traslado a sus trabajos donde el 65% de la factura energética de Costa Rica se gasta en transporte. Cifras como estas demuestran a todas luces la enorme problemática que la infraestructura y el rezago en transporte público generan en la actualidad costarricense.

Por mucho tiempo, luego de la crisis vivida en los inicios de la década de los años ochenta, las políticas para el desarrollo de la infraestructura de transportes de Costa Rica estuvieron marcadas por una búsqueda de economía y así contener el endeudamiento externo en aras de limitar el gasto público y de esta forma lograr resultados macroeconómicos que se le pudieran presentar a los Organismos Financieros Internacionales. Como consecuencia de este accionar y la pérdida de efectividad del MOPT, las redes viales, aeropuertos y puertos de Costa Rica han quedado obsoletos y representan un enorme obstáculo a un país que pregona su inserción en un mundo globalizado.

Lic. José Pablo Valverde Coto MBA




Referencias bibliográficas


Woodbridge, J. (2012, 29 de marzo). PRUGAM y POTGAM. La Nación. Recuperado el 6 de abril de 2013, recuperado de http://www.nacion.com/2012-03-28/Opinion/prugam-y-potgam.aspx

Ya basta de navegar sin rumbo


En días recientes hemos visto cómo el Gobierno ha empleado maniobras evasivas y propuesto ocurrencias (impuestos al salario escolar, aguinaldo, canasta básica) para tantear a la población y ver en qué momento es capaz de aplicar un parche a la carretera económica tan erosionada por la que transitamos todos los costarricenses. Pareciera que nuestra forma de manejar el país en todos sus ámbitos está caracterizada por parches en lugar de soluciones definitivas.

Ejemplo de esto son el límite a la cartera crediticia de los bancos y los impuestos a los llamados “capitales golondrina”, ¿Pero no es acaso la misma necesidad de fondos lo que ha causado que el Gobierno requiera financiarse? ¿Cómo espera hacienda sufragar el alto gasto? ¿No estamos acaso iniciando nuevamente el círculo vicioso que llevará de nuevo a un alza en las tasas de interés?

En definitiva ésta medida junto con la restricción de la cartera crediticia de los bancos, que no solamente afectará a los sectores productivos de nuestro país sino que enviará una imagen negativa de Costa Rica como un sitio para atraer inversiones,  evidencia como el país no tiene un rumbo claro y más bien avanza de forma reactiva ante los vaivenes económicos.

Una Costa Rica que se asemeje a un buque
sobre el mar de la globalización
El Gobierno en conjunto con el Banco Central y el Ministerio de Hacienda debería establecer planes conjuntos a largo plazo con el fin de sanear nuestras finanzas y llevar a cabo un verdadero plan país que no se vea afectado cada cuatro años en el ejercicio electoral. Es hora de que Costa Rica defina un rumbo y marque sus metas para así poder ir evaluando sus progresos y ajustando el timón siempre con un puerto en mente al cual llegar en las turbulentas aguas de la globalización. Se hace necesario analizar casos exitosos como los países nórdicos quienes han logrado encontrar lo que pareciera la fórmula perfecta entre gasto público responsable y tributos efectivos. No basta con ser negativo y quedarse de brazos cruzados antes los vientos oceánicos que aún soplan después de la crisis financiera del 2008-2009, mucho menos ser positivos y dejar que las velas nos lleven hacia donde el viento sople. Hace falta ser realistas y ajustar las velas según los vientos económicos, eso sí, con la firme determinación de llegar al puerto seguro que se ha fijado con anterioridad.

Es nuestro deber dejar de crear soluciones paliativas y empezar a forjar políticas económicas dirigidas hacia el bienestar de nuestro país, de lo contrario nuestros vecinos continuarán pasándonos de largo en varios rubros como ya lo han hecho.

Es también fundamental el papel de los medios de comunicación, para crear análisis y reflexión en los ciudadanos, exponiendo no solamente las propuestas de Gobierno, sino explicando y profundizando el problema real que afronta nuestra economía, como lo es el déficit y la mala utilización de gastos públicos. Sólo de esta manera lograremos tener una sociedad crítica y que pueda juzgar las políticas para generar presión sobre los mandatarios con el fin último de alcanzar una Costa Rica que se asemeje a un buque sobre el mar de la globalización, preparada para todas las inclemencias del tiempo que se puedan presentar, y no simplemente una nación en una barcaza a la intemperie de los movimientos económicos mundiales.

Lic. José Pablo Valverde Coto MBA