jueves, 6 de junio de 2013

¿Ley Antitabaco excesiva?



Se hace necesaria la regulación del contrabando de cigarros con sanciones fuertes a los individuos que sean encontrados con productos de ésta índole. Es responsabilidad de todos denunciar negocios con marcas de procedencia dudosa. El lograr erradicar el fumado de nuestro país es tarea de todos.

La ley  Antitabaco lejos de ser "excesiva" como afirman algunas tabacaleras defendiendo sus


50 millones de muertes en últimos 10 años, Atlas del Tabaco 2012. 
intereses debe de cerrar cualquier portillo abierto. Es curioso ver que ahora el sector tabacalero está preocupado por la evasión de impuestos que pudiera sufrir el Estado. Es cierto que la tasa impositiva del 60 % representa un ingreso, sin embargo sería más importante no recibir ningún ingreso en este rubro gracias a la erradicación completa del consumo del cigarrillo en el país y preocuparnos por mejorar la recaudación de tributos así como establecer la tan necesaria reforma fiscal que requiere nuestro país desde hace ya muchos años.


El objetivo de la Ley Antitabaco no es impactar las arcas de estas empresas sino incidir directamente en la salud del costarricense y las futuras generaciones. La factura que pasa la industria tabacalera al país es muy alta, por lo que no me parece ética la posición de la industria sobre este hecho.

En definitiva la ley no es excesiva y por el contrario requiere un control más estricto del contrabando así como la participación activa de todos los costarricenses a la hora de denunciar. La responsabilidad es de todos.

Como argumento las tabacaleras hacen referencia a la diferencia de calidad que existe entre sus productos y los productos contrabandeados, yo por mi parte no logro concebir que un cigarro pueda catalogarse como un "producto de altísima calidad" bajo ningún punto de vista. La única realidad es que el cigarro mata.


Sólo en 2012 Costa Rica gastó $152 millones en atención de pacientes con enfermedades atribuidas al tabaco. Partiendo de esto no me parece ético el querer ser competitivo con un producto que busca lucrar con la salud de la población. Desde mi óptica el "gap" al que se refieren las tabacaleras entre precio de venta del producto legal con el cigarro de contrabando no se puede traducir en defender los intereses de una industria dañina para la sociedad.

De este modo la respuesta al contrabando no puede ser de ninguna manera el debilitamiento a una ley que busque erradicar el fumado. El único fin, y de ahí las acciones que se deben tomar, es eliminar el fumado de nuestro país. Dejar el portillo abierto para mantener rentable la industria en definitiva no es una opción. El contrabando se debe de manejar con otros mecanismos que permitan restar rentabilidad a un producto que aunque de "excelentísima" calidad, mata al consumidor y al fumador pasivo.

La solución no es en absoluto declarar el cigarro ilegal, sino, es tomar medidas que: número uno afecten la rentabilidad de una industria dañina para la sociedad, segundo generar consciencia en la sociedad actual en Costa Rica y tercero mediante reducción de rentabilidad y por ende fuerza de la industria provocar que las generaciones futuras en Costa Rica no se vean expuestas a un producto tan dañino como lo es el cigarro. Utilizando como estandarte estos tres pilares, el fin de la Ley Antitabaco, por medio de los impuestos y la eliminación de todo tipo de publicidad no es otro que atacar todos los frentes en búsqueda de la consecución de una mejor salud pública. Una industria que pierde rentabilidad no es ilegal, simplemente es poco atractiva para inversionistas.

Caja Costarricense de Seguro Social
Las cifras son claras, el fumado le cuesta a cada país entre 1% y 2% de su PIB anual según el Atlas del Tabaco en su edición de 2012, fuera de los fríos números le cuesta a billones de familias sufrimiento y a millones de pacientes dolores inimaginables. Sí queremos desaparecer la industria en el largo plazo debemos de tomar medidas hoy y no poner metas en periodos prolongados sin ser consecuentes.

Solamente tomando medidas drásticas se podrá avanzar hacia la erradicación. No creo válido escudarse en el argumento de que la demanda siempre va a existir y la oferta por ende recaerá en manos de los contrabandistas. Asimismo, el término "legalidad" dentro de este conflicto sobra pues un cigarro legal y con las más estrictas normas de calidad mata igual que uno ilegal. La solución contra el contrabando definitivamente no es proporcionarle beneficios a una industria dañina solamente porque en el papel se hace llamar legal. El trasfondo del problema es que el producto, sea legal o no, causa millones de muertes a nivel mundial y un gasto inimaginable en salud que podría ser utilizado de mejor manera en pacientes que no hayan sido víctimas de la industria del cigarro.

La lucha no es contra el contrabando únicamente sino en contra el fumado, de ahí que como menciono en anteriormente la regulación del contrabando con sanciones fuertes es necesaria, así como la responsabilidad de todos al denunciar negocios que vendan este tipo de productos.  No creo pertinente el favorecer intereses de una industria amparándose en la legalidad si el producto es igualmente dañino. Atacar el contrabando por medio de una mayor rentabilidad de la industria tabacalera no es consecuente de ninguna forma con ninguno de los tres pilares que se mencionaron con anterioridad.

El contrabando no es únicamente nocivo por el hecho de ser ilegal, sino por el simple hecho de vender productos dañinos para la sociedad. Partiendo de este hecho irrefutable no me es lógico buscar la erradicación del contrabando por medio de la rentabilidad de una industria que vende el mismo producto que mata y causa enfermedades terribles a la sociedad a pesar de su "excelente" calidad. La lucha contra el contrabando es ardua pero no por ello la sociedad debe claudicar y permitir que un sector lucre con la salud pública.

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