jueves, 9 de mayo de 2013

La satanización de la concesión


Resulta muy desacertada la postura del Gobierno con respecto a las concesiones. Recientemente el ministro de Planificación y miembro de la directiva del Consejo Nacional de Concesiones (CNC), Roberto Gallardo, afirmó que el proyecto de concesión de la vía San José-Cartago fue descartado y no se sacará a licitación en lo que resta de la Administración. ¿Es acaso entonces la figura de la concesión de índole maligno? ¿Le huye ahora el Gobierno a cualquier reto por su falta de capacidad para desarrollar proyectos de forma transparente y satisfactoria? De ninguna manera se puede permitir que la sociedad costarricense construya un vínculo entre los conceptos de corrupción y concesión. A pesar de que la postura del Foro de Occidente significó que el Gobierno tuviera que detener una concesión caracterizada por vicios, no pareciera correcto su pensamiento acerca de la figura de concesión.

Carretera Florencio del Castillo
Es ciertamente dañina la actitud que han tomado ciertos sectores "satánizando" la figura de concesión. Este tipo de obstaculización tomando posturas radicales va a continuar hundiendo al país en el subdesarrollo. Lejos de eliminar la figura por lo ocurrido recientemente se debería de tomar como ejemplo para llevar a cabo un proceso de forma correcta. El grupo denominado Foro de Oriente, de creación reciente, lejos de tomar una postura radical acerca de las concesiones debería de involucrarse en un proceso de concesión correcto con el fin brindar un auge a la provincia de Cartago. Su creación lejos de fomentar esto ya ha llevado a un Gobierno, de por sí enclenque, a arrebatar de la provincia la posibilidad de contar con una vía acorde al desarrollo que busca su población.

Es absurdo pensar que el Estado es capaz de sacar alrededor de 90 millones de dólares para este proyecto, esto sin tomar en cuenta el mantenimiento de esta ruta, por lo que definitivamente esta decisión es un desacierto tanto del Gobierno como del llamado Foro de Oriente. Es además curioso ver como en la esfera política podemos identificar rasgos propios de lo cotidiano que buscan soslayar las dificultades y que quizás son algunas de las causas que nos mantienen como un país subdesarrollado. Es muy fácil aprovechar la visita del presidente de Estados Unidos y echarle las culpas de todos nuestros males e inclusive de todas las desavenencias de Latinoamérica, pero, ¿Qué está ocurriendo acá? El Gobierno luego de todos sus desaciertos con una trocha fronteriza plagada de corrupción y planificada de forma antojadiza y una concesión llena de sombras y ocultismos, por citar tan sólo las últimas circunstancias, hace expresa su incapacidad para gestionar y prefiere continuar con el letargo que vive el país en materia de infraestructura. ¿Es justo que por un proceso mal manejado se borre del mapa una figura tan importante como la concesión? Es claro que el Gobierno demuestra un rasgo que muchos hemos visto en la cotidianidad costarricense. Cuando las cosas se ponen cuesta arriba mejor me salgo, no meto las manos al fuego y dejo que todo siga igual hasta que termine mi periodo. Esta actitud sin lugar a dudas es muy dañina ya que mientras Costa Rica prefiere mantenerse en el puerto a salvo, muchos otros países han decidido ir a navegar en aguas turbulentas en busca de la competitividad, y lo han logrado.

En el otro bando están las personas radicales  que se ubican en los peligrosos blancos o negros. Esta postura siempre se resguarda bajo un escudo que no le permite dialogar ni llegar a acuerdos. Dicha actitud es una de las causas de que Latinoamérica siga en el subdesarrollo a pesar de las excelentes características de carácter humano, geográfico y natural que posee. Es muy desafortunado que exista un Foro de Oriente que lejos de buscar participar en el proceso de la concesión para asegurar que no existan las deficiencias que se presentaron en el proceso San José – San Ramón, aparece con una postura de no a las concesiones, y dada la coyuntura actual el Gobierno sin contemplaciones decida evitar más erosionamiento  y cancelar cualquier licitación.

Los Estados que han logrado alcanzar el desarrollo se han caracterizado por ser flexibles y traerse abajo los muros erigidos por pensamientos radicales. La misma China socialista comprendió esto hace muchos años y de la mano con una apertura económica, educativa e inversión en infraestructura ha alcanzado mantener un crecimiento del PIB por encima del 7% desde 1999. Estamos lejos de alcanzar un crecimiento de tal magnitud, sin embargo retrasar obras de infraestructura como la vía San José – Cartago, la terminal de contenedores en Moín o volver a meter en el archivo la vía San José – San Ramón lejos de acercarnos al desarrollo nos hunden más mientras otros países como Panamá se mueven a pasos agigantados en este tema.

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